Las palabras “psicópata” y “sociópata” tienen una connotación negativa en la actualidad, pero en realidad no todas las personas que padecen estos trastornos son criminales o malas personas.
Las dos palabras tienen significados muy similares: son personas que tienen poca o nula capacidad de sentir empatía emocional por otros, se les dificulta hacer relaciones sinceras, y tienden a utilizar a otras personas para beneficio propio.
Sin embargo, existen algunas diferencias significativas entre los dos términos, siendo que los psicópatas son personas que carecen de empatía emocional, pero sí tienen empatía cognitiva, lo que significa que pueden reconocer el estado de ánimo de otras personas, pero manteniéndose lejos emocionalmente. Además, ven a las demás personas como inferiores, son completamente egoístas y sólo piensan en cómo todo lo que hacen puede traerles beneficios a corto, mediano o largo plazo, buscando la manera más eficiente de lograr sus objetivos, sin importarles a quien afecten, mientras que los sociópatas sí tienen empatía, pero el grado de ésta es mucho menor al de una persona neurotípica o “normal”. Además, se basan en la manipulación de otras personas para obtener lo que desean. Otra diferencia importante es que un psicópata tiende a ser más calculador y analítico que un sociópata, actuando el último de una manera más compulsiva y errática.
Una pregunta bastante común que existe es: ¿Los psicópatas y sociópatas tienen emociones? La respuesta corta es sí, sin embargo, no sienten emociones como la mayoría, ya que en muchos casos éstas son menos intensas, y los psicópatas son incapaces de sentir amor en el sentido romántico y afectivo, ya que sólo lo ven como una inversión que les traerá beneficios a largo plazo.
Incluso a pesar de los psicópatas pueden tener relaciones funcionales. Un ejemplo es el de una madre que cuenta su experiencia con sus hijos en la plataforma digital Quora, diciendo: “yo no amo a mis hijos… pero ellos ciertamente creen que sí. Veo a mis hijos como posesiones. Esto va a sonar mal, pero yo los veo como una especie de mascotas o muñecas. Son míos para entrenar, educar y moldear. […] Sin embargo, si preguntaban “Mamá, ¿nos quieres/amas?”, yo, por supuesto, les decía algo como ¡Con todo mi corazón! porque reconocía que tienen sentimientos y yo no los tengo, y quería que mis mascotas estuviesen felices y contentas. No deseo hacerles daño emocional). […] (Mis hijos) tienen carreras exitosas y florecientes en sus respectivos campos. […] Han sido entrenados para ser lobos, no ovejas.”
En este ejemplo, la madre es lo que los expertos llaman una psicópata integrada, que ha aprendido a adaptarse a la sociedad, cosa que se puede ver cuando dice “esto va a sonar mal”, o “porque reconocía que tienen sentimientos y yo no los tengo”, ya que reconoce que las personas que no son psicópatas son diferentes y cómo reaccionan ante su forma de pensar y actuar. En la última frase, demuestra el pensamiento de un psicópata, al verse superior a los demás o como un “lobo”, que utiliza a otros a su favor. Debido a que ve a sus hijos como “posesiones”, es de mucha importancia para ella que ellos sean exitosos en la vida, no por el hecho de que realmente los ame.
Por otro lado, están también los sociópatas altamente funcionales, quienes son igualmente capaces de llevar vidas relativamente normales, a pesar de su condición. Ellos siguen sufriendo de una falta de empatía hacia las demás personas y usan la manipulación para lograr sus metas, sin embargo, desarrollan la capacidad de “emular” emociones para interactuar mejor con otras personas y adaptarse a su entorno.
A pesar de todo esto, ambos tipos de personas pueden tener roles funcionales en la sociedad que beneficien a muchas personas, utilizando sus cualidades a su favor.
Un ejemplo de esta utilidad en la sociedad sería en la toma de decisiones difíciles en cuanto a salvar vidas o en situaciones tensas, dado que el juicio de un psicópata o sociópata no se ve nublado por las emociones y puede tomar la decisión que traiga más beneficios. A pesar de que esta misma lógica podría aplicarse al lado contrario, como el de un asesino serial, quien al no sentir empatía no tiene problema con cometer homicidio, un psicópata o sociópata integrado puede utilizar este “defecto” como una herramienta si se le enfoca desde el ángulo correcto, mostrándole cómo él/ella podrá beneficiarse de la situación.
En conclusión, tanto los psicópatas como los sociópatas son “perfectamente” capaces de ser miembros funcionales de la sociedad. Si bien es cierto que existen muchas personas que padecen de estos trastornos de la personalidad que han causado daños a la sociedad, no todos son así, y es incluso probable que tú conozcas a algún psicópata o sociópata y no lo sepas, ya que alrededor del 1% de la población mundial, o aproximadamente 74.4 millones de personas son psicópatas, mientras que el número de sociópatas es desconocido. Las emociones son una característica humana, y tratar de comprender una mente que las maneja de una manera diferente a la de la mayoría de la población es complicado, por lo que generar un prejuicio al escuchar las palabras “psicópata” y “sociópata” es solamente algo que se debe evitar, como con cualquier otra cosa.
Fuentes:
Anónimo (2017). ¿Pueden los psicópatas y sociópatas ser buenas personas? Lecturonauta. Recuperado el 13 de septiembre de 2018 de https://lecturonauta.wordpress.com/2017/04/27/pueden-los-psicopatas-y-sociopatas-ser-buenas-personas/.
Anónimo (2016). Do psychopaths love their children? Quora. Recuperado el 13 de septiembre de 2018 de https://www.quora.com/Do-psychopaths-love-their-children/answers/29516752.
Guerri, M. (s/f). Diferencias entre un psicópata y un sociópata. Psicoactiva. Recuperado el 14 de septiembre de 2018 de https://www.psicoactiva.com/blog/diferencias-entre-un-psicopata-y-un-sociopata/.
Rámila, J. (s/f). ¿Hay muchos psicópatas entre nosotros? Muy interesante. Recuperado el 14 de septiembre de 2018 de https://www.muyinteresante.es/curiosidades/preguntas-respuestas/hay-muchos-psicopatas-entre-nosotros-381486974797.
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